El alma inquieta de una iglesia

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Corría el año de 1968. Europa y muchos otros lugares del mundo vivían intensas tormentas sociales cargadas de protestas contra el orden establecido. La ciudad de Leipzig no era la excepción…

En el mes de mayo de 1968, la ciudad hervía. Una valla metálica de la policía, pintada con óxido rojo, surcaba el área de Augustusplatz. Cualquiera que la tocara o fuese empujado contra ella se mancharía, sin duda, con ese color. A un lado de la valla se encontraban los policías con sus perros; del otro lado, otros miembros de la misma policía montaban a los manifestantes en camiones para ser juzgados rápidamente y acusados de algún delito.

Desde las azoteas de los edificios, se hacían fotos de los manifestantes. El gobierno había enviado agitadores con la tarea de convencer a la gente acerca de la necesitad y sentido de eliminar la iglesia Pauliner, pero la rabia era tan fuerte que no podían ser apaciguados… luego comenzó la voladura. La policía tuvo especial cuidado en que las personas no tomaran piezas de la iglesia destruida como reliquias… las mismas fueron transportadas muy lejos de la ciudad.

– Fragmentos del artículo “Sprengung und Protest” de Stefan Welzk, filósofo y economista alemán. Como estudiante de física y germanística de la Universidad de Leipzig, estuvo involucrado en las protestas de 1968 contra la demolición de la iglesia. P 137-138 en el libro Universitätskirche St Pauli: Vergangenheit, Gegenwart, Zukunft (2017).


 

Iglesia Pauliner (Paulinerkirche /Universitätskirche St. Pauli) en Augustusplatz Nr. 5. Fecha: circa 1900 Fuente: Stadtgeschichtliches Museum Leipzig, Inv.-Nr. 4076. Autor: Hermann Walter (1838-1909).
Iglesia Pauliner (Paulinerkirche /Universitätskirche St. Pauli) en Augustusplatz Nr. 5. Fecha: circa 1900. Fuente: Stadtgeschichtliches Museum Leipzig, Inv.-Nr. 4076. Autor: Hermann Walter.

La iglesia Pauliner (Paulinerkirche), había visto mucha vida pasar frente a ella antes de su inminente destrucción.

La segunda iglesia más antigua de Alemania se construyó como un templo de claustro en 1231, en honor a sus frailes dominicos originales, los “Pauliner”. Luego, al fundarse la Universidad de Leipzig en 1409, sirvió como iglesia de la Universidad. Sin embargo, fue luego de la Reforma Protestante, cuando Martín Lutero la donó a la Universidad, inaugurándose en 1545 como Iglesia Universitaria de San Pablo (Universitätskirche St. Pauli). Entre sus directores musicales, estuvieron Johann Sebastian Bach y Max Reger.

Hasta 1968, la iglesia había corrido con suerte. Había sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial sin demasiada mella. Sin embargo, en mayo de ese año fue dinamitada durante el régimen comunista de Alemania Oriental (la RDA, República Democrática Alemana).

Heinrich Magirius, especialista en historia del arte, historia de la construcción y monumentos, explica que alrededor de 1960 (8 años antes de su explosión), ya había mucho revuelo alrededor de la iglesia Pauliner. Esta había sufrido algunos daños durante la Segunda Guerra Mundial y ciudadanos de Leipzig habían estado haciendo arreglos generales en la edificación. (“Bemühungen des Institus für Denkmalpflege um die Erhaltung der Universitätskirche in Leipzig,1960-1968”. P 121-134 en Universitätskirche St Pauli. Vergangenheit, Gegenwart, Zukunft.)

Se conversó mucho y por largo tiempo acerca de su remodelación y la forma en la que podrían emprenderse estos trabajos. Incluso, se pensó en la opción de moverla de lugar. Era fundamental conservarla como un monumento del siglo XIII. Pero lo más importante es que mientras todas estas discusiones sucedían, el partido de gobierno (en la RDA) tenía, de manera paralela, una posición de confrontación frente a la existencia de la edificación, y planeaban su destrucción definitiva.

Arquitectos, protectores de monumentos, gente de Leipzig, hicieron mucho para evitar su desaparición, pero en relación a la protección de monumentos, el punto de vista de la iglesia ocupaba para entonces un segundo lugar. Las decisiones fundamentales estaban bajo el control del régimen de la RDA.

Nadler, la voz de las piedras

Sigue comentando Heinrich Magirius en su artículo, que el Dr. Hans Nadler (Dresden,1910- 2005) había sido una voz importante desde los años cincuenta en relación a la protección de monumentos en Sajonia. Incluso en 1962, Nadler – importante y conocido arquitecto alemán, curador de monumentos, historiador y profesor honorario de la Universidad Técnica de Dresden – ganó un premio nacional en este sentido. Sin embargo, ya en 1966, el partido de gobierno había declarado a los protectores de monumentos como alteradores del orden público.

En 1968, se hizo un concurso de arquitectos propuesto por la RDA para decidir lo que se haría con el área de la iglesia y la universidad. Solo una propuesta tenía la intención de salvar la iglesia, las otras querían destruirla.

Nadler hizo todo lo posible por evitarlo. Condujo reclamos frente al Ministerio de Cultura, y el mismo Ministerio lo señaló como creador de revueltas – pues se decía entonces que una decisión del estado tenía mayor valor y fuerza que el conocimiento y la responsabilidad de un experto.

Incluso la entrada a la iglesia de especialistas en la protección de monumentos, a fin de documentar arqueológicamente el lugar, fue impedida; solo muy contados como Nadler, pudieron hacer algo al respecto.

El altar de la iglesia Paulinerkirche. (Photo: Nahir Márquez G.)
El altar de la iglesia Paulinerkirche. (Foto: Nahir Márquez)

Una semana antes de la explosión Nadler ya llevaba un protocolo detallado de lo que sucedía. Aquí, fragmentos de algunos de los últimos días (también en el artículo de Magirius):

1968

23 de mayo

Ya no se permite entrar a la iglesia. La policía la tiene cercada.

24 de mayo

Dentro de la iglesia alguien trabaja. Pinturas góticas y reliquias son transportadas en camiones sin destino conocido.

26 de mayo

Habitantes de Leipzig, a fin de evitar la inminente destrucción del templo, hacen llamadas al gobierno, diciendo que tal acción dañaría la imagen de la RDA en el extranjero.

27 de mayo

Nadler trata de entrar a la iglesia a través de diferentes contactos y representantes del partido. Se hace imposible. Como última esperanza, se acerca a uno de los policías que resguarda el cerco de protección alrededor de la iglesia, muestra su carnet profesional y el policía le deja entrar. Así puede reunirse y guiar a sus pocos colegas, a quienes se les había permitido participar en las labores de desmantelamiento. Nadler observa que el órgano pequeño ya está desmantelado y ve cómo desmantelan el grande. Muchos de los epitafios aún cuelgan de las paredes. Escucha una conversación entre el alcalde de Leipzig y un representante del parlamento, quien le dice al alcalde que puede conseguirle más obreros para acelerar la labor, pero que el día de la explosión ya ha sido fijado.

30 de mayo

La iglesia es dinamitada.


La Sra. Hassenrück

Helga Hassenrück fue apresada en 1968 durante los días de fuertes protestas contra la destrucción de la iglesia y estuvo encarcelada durante 6 semanas por tener en su cartera panfletos contra la explosión del templo.

En 2004, cuando los planes para reconstruir la iglesia estaban en curso, ella explicaba en el artículo “Nachbeben einer Barbarei” (Christoph Dieckmann, Zeit Online), lo complejo de olvidar el desfallecimiento sentido por ella frente a la fuerza aplicada por el partido de gobierno en ese entonces. Recordaba de forma muy intensa a los policías con perros en la iglesia, las botellas de cerveza del equipo de trabajadores colocadas en el altar, las tumbas abiertas de una forma ruda, los ataúdes destruidos en cientos de piezas, los huesos yaciendo alrededor. Agregaba que la iglesia Pauliner se había mostrado siempre como un lugar de reunión, de comunicación para ambas confesiones, donde los conciertos y las misas eran frecuentes, llena siempre de un ambiente muy especial.

Neues Augusteum und Paulinum am Augustusplatz. Autor: Frank Vincentz. Fecha: 7-07-2015.
Neues Augusteum und Paulinum am Augustusplatz. Autor: Frank Vincentz. Fecha: 7-07-2015.

Partituras inconclusas y un nuevo comienzo

Luego de la reunificación de Alemania, comenzó a tomar vida la decisión de construir una nueva iglesia de la universidad en su lugar original.

Un nuevo edificio llamado Paulinum se levantó en la zona a partir de 2007. El proyecto, a cargo del conocido arquitecto holandés Erick van Egeraat, incluyó el nuevo edificio principal (Augusteum), el auditorio y el Paulinum. Van Egeraat no hizo la reconstrucción de la iglesia piedra por piedra, sino que en su lugar creó un nuevo edificio que rememora poderosamente al antiguo, bajo una visión moderna, vanguardista, sólida y llena de elegancia.

Hablando un poco sobre el pasado y también sobre los nuevos tiempos de la iglesia Pauliner, el profesor Daniel Beilschmidt, organista de la Universidad de Leipzig desde 2009, nos relataba que en días muy cercanos a la destrucción total de la iglesia, Kurt Grahl y Georg Trexler, organistas católicos de la misma, se encontraban en su interior. Grahl, alumno y sucesor de Trexler, fue quien entre el polvo y el ruido insoportable de los taladros para colocar la dinamita dentro de las paredes, tocó el órgano por última vez. Lo hacía ese día para sí mismo y para su maestro. Se trataba de la Tocata de Bach en Do mayor. En ese momento, un representante de la Stasi (Ministerio para la Seguridad del Estado) le ordenó que parara y Grahl se detuvo, haciendo una cruz en la partitura para indicar hasta donde había llegado.

El 1 de diciembre de 2017, en la inauguración de la nueva iglesia, el concierto, a cargo de Daniel Beilschmidt, comenzó exactamente en el punto donde se detuvo la ejecución de Grahl, aquel día de 1968.

Daniel Beilschmidt, organista de la Universidad de Leipzig. Autor: Thomas Puschmann.
Daniel Beilschmidt, organista de la Universidad de Leipzig. Autor: Thomas Puschmann.

El profesor Beilschmidt, también educador en la Hochschule für Musik de Leipzig, forma parte de un equipo muy bien integrado que le ha dado nueva forma al sector musical del nuevo complejo universitario. Particularmente, se encarga de organizar la música para los dos órganos de la iglesia y es responsable de la programación de misas, conciertos y eventos festivos de esta casa de estudios, labor que realiza junto a David Timm, Director Musical de la Universidad.

“La iglesia Pauliner es todo un símbolo para Leipzig, antes y ahora”, aclara el profesor Beilschmidt. “Si hablamos de su destrucción, como era de esperarse, este proceso tenía tiempo siendo preparado cuando sucedió. Durante ese período, ciudadanos de la ciudad de Leipzig, estudiantes y amigos de la Iglesia, que eran muchos, pues la cantidad de fieles era mayor en ese entonces que en el presente, protestaban contra su desaparición. También se encontraba muy presente la comunidad católica, que había perdido su iglesia durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.”

Pequeño órgano en na iglesia Pauliner. (Foto: Nahír Marquez)
Pequeño órgano en la iglesia Pauliner. (Foto: Nahir Márquez)

“Ellos también eran huéspedes de la iglesia Pauliner. Todos se manifestaron durante días frente a la iglesia para evitar su destrucción, rodeados por policías y agentes de la Stasi. Durante una de esas manifestaciones encarcelaron a muchos de los que participaron, una de esas personas fue Helga Hassenrück, en ese tiempo una estudiante de 19 años, y quien afortunadamente pudo estar presente este año, el 1 de diciembre, en la inauguración.”

Le pregunté al Profesor Beilschmidt, ¿podría hablarnos de un sentimiento, ese que experimentó cuando comenzó a interpretar los primeros acordes de la Tocata en Do mayor de Bach donde Grahl se detuvo 49 años atrás?

“Fue inexplicable lo que sentí”, respondió. “Las emociones fueron muchas. Recuerdo cuando la rectora de la Universidad dijo que se abría la continuación de una obra luego de 49 años de pausa… siento que sí, que fue una pausa, pero lo más importante es que se trata del inicio de un nuevo capítulo con la experiencia de lo que no debe olvidarse. Somos otra generación, quizás sin tanto dolor acumulado.”

¿Cómo siente que se abre el símbolo de la iglesia y la universidad hacia un futuro?

“Insisto en decir que esta iglesia es un símbolo nuevo, muy importante, que incluye dos elementos significativos como la esperanza y también el perdón para poder seguir adelante con éxito. Es comprensible, aún hay enojo y tristeza en muchos por los eventos del pasado. En este sentido, la iglesia y la universidad se abren al futuro con muchas posibilidades. Beate Schücking, la rectora, siempre aclara que hay tres funciones principales de este edificio: la ciencia, la religión y la música, todas juntas apuntando hacia la evolución de una sociedad integrada.”

Y allí se encuentra la iglesia Pauliner, la de antes y la de ahora, con esos cristales azulados y color cobalto apuntando hacia el cielo, con su rosetón dejando entrar la luz, con sus epitafios salvados por buenas voluntades, esas que continúan Tocatas no terminadas y contemplan el futuro a través de nuevas visiones, como si lo verdaderamente bueno estuviese unido siempre por un hilo inexorable, refractario a cualquier barbarie.

Interior de la iglesia Pauliner ahora. (Foto: Nahír Marquez)
Interior de la iglesia Pauliner ahora. (Foto: Nahir Márquez)

Por Nahir Márquez G.

Nahir nació en Caracas, entre verdes infinitos y azules de una intensidad que hay que ver. Desde que pudo reconocer formas, papel y tinta, amó leer y estar en contacto con esas letras que le abrían las puertas de otros mundos. Por eso quizás, escogió la escritura como una forma de comunicación, estudió periodismo, ha viajado por muchos lugares, escribe sobre cultura, inventa cuentos para niños. Ama la música, la cocina que se comparte y se conversa. Leipzig es su nueva casa por ahora, sobretodo en primavera, cuando sus verdes le recuerdan el lugar de origen.

Schönbrunn Palace, Vienna, former summer residence of the Habsburg imperial family. (Photo: Ana
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